El gobierno desmonta el Instituto Nacional del Teatro
El Instituto Nacional del Teatro (INT) quedó en peligro tras la firma del Decreto 345/2025, una medida del gobierno de Javier Milei que redefine su estructura, limita su autonomía y desarticula su histórica organización federal. Desde su creación en 1997, el INT funcionó como un ente autárquico con un Consejo de Dirección integrado por representantes de todas las regiones culturales del país, algo que garantizaba un sistema federal de distribución de subsidios y toma de decisiones para el sector teatral.
Con este decreto, el INT dejará de ser autónomo y pasará a depender directamente de la Secretaría de Cultura de la Presidencia, una oficina hoy sin rango ministerial. Además, se disuelve su Consejo de Dirección, reemplazado por un Consejo Asesor ad honorem, con representantes de cada región, que podrán opinar pero sin capacidad decisoria.
El gobierno justificó la medida a partir de una auditoría de la SIGEN en octubre de 2023, que detectó falencias en controles internos, demoras en la rendición de subsidios y falta de actualización en los registros. Sin embargo, para amplios sectores culturales, el recorte va mucho más allá de un intento de ordenamiento: forma parte del plan de ajuste cultural que encabeza Federico Sturzenegger, ministro a cargo de la reforma del Estado.
Este recorte al INT no solo implica menos recursos para salas, elencos y circuitos independientes, sino que además afecta un sistema de financiamiento que no proviene del impuesto general, sino de gravámenes específicos al sector audiovisual y espectáculos, según la Ley Nacional del Teatro. La decisión oficial elimina así un espacio de federalización real y participación profesional remunerada en las políticas teatrales nacionales.
¿Cómo apoyar al teatro misionero?
En todo el país se está haciendo un festival de teatro independiente EN RESISTENCIA ACTIVA. Es el Festival ENTRÁ, en defensa del Instituto Nacional del Teatro, de las libertades democráticas y culturales de los colectivos artísticos con más de 380 funciones en salas, centros culturales y plazas de todo el país.
En Misiones, Posadas, Eldorado y Garupá habrá funciones a la gorra en el marco de este festival, que comenzó el jueves 3 y se extiende hasta el 9 de julio. Buscá la programación, seguí a las salas en las redes, reservá tu lugar y defendé la cultura con presencia incluso aunque no tengas dinero para aportar a la gorra.

Entrá comenzó en Misiones con las Impros de la compañía La B Teatro, espectáculo mediante el cual las improvisadoras instruyen al público sobre el funcionamiento de las técnicas propias de esta modalidad de teatro. En esta función, que se llevó adelante en el recientemente inaugurado espacio Río Mío de Posadas, una de las improvisadoras leyó un comunicado muy sentido a partir del cual contaron al público su reclamo, información sobre el DNU 345/2025 y el pedido a los diputados nacionales y senadores de que avancen en derogar esta reglamentación tan regresiva para el arte, la cultura, pero también para la bolsa de trabajo de quienes eligen o eligieron vivir de hacer reflexionar a los demás, de practicar destrezas que el resto quizás no explora, de hacer reír o llorar, de hacer teatro.
Motosierra a la cultura
El INT no es el único organismo cultural golpeado. El Decreto 345/2025 también redefine la situación de otras instituciones históricas:
El Instituto Nacional Yrigoyeneano y el Instituto Juan Manuel de Rosas serán fusionados en una única unidad de investigación histórica bajo la Secretaría de Cultura. El Instituto Nacional Sanmartiniano y el Instituto Eva Perón perderán su carácter autárquico y pasarán a ser dependencias internas, aunque se mantendrán sus edificios históricos y tareas museográficas.
La Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y Bienes Históricos se transformará en una unidad con un consejo consultivo, y la Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas Populares (CONABIP) dejará de ser un ente descentralizado para convertirse en una oficina bajo la misma Secretaría, con un pequeño consejo asesor ad honorem.
En todos los casos, se mantiene formalmente su existencia, pero se recortan sus facultades decisorias y presupuestarias, bajo la excusa oficial de mejorar la eficiencia, fortalecer controles y racionalizar el gasto público. La motosierra cultural ya se cobró varias víctimas, con salas cerradas, subsidios paralizados y circuitos regionales desfinanciados.
¿A dónde va la nuestra?
Mientras se ajustan institutos culturales, se paralizan obras públicas, se suspenden programas sociales y se desmantelan políticas científicas, los números fiscales no cierran. Sigue existiendo un déficit de cuenta corriente, el déficit fiscal apenas se reduce a costa del recorte social y el Banco Central continúa sin reservas netas positivas.
En paralelo, el gobierno ejecuta una política abiertamente funcional al capital especulativo: altas tasas de interés, dólar financiero fluctuante y colocaciones de deuda interna a tasas exorbitantes. Así se reeditó en tiempo récord una nueva bicicleta financiera: fondos entran con dólares, compran bonos y plazos fijos en pesos a intereses altísimos, y cuando detectan vulnerabilidad venden posiciones, compran dólares, fugan y repiten la pesadilla.
La situación se tensó aún más con el reciente informe de JP Morgan, que recomendó a sus clientes salir de la Argentina porque "el plan económico tambalea". Incluso, el gigante financiero lanzó este informe con anticipación a un “grupo selecto” tres días antes de que esta crítica situación tomara estado público, demostrando la debilidad de este tipo de esquema financiero ante la especulación. El banco de inversión advirtió que la devaluación sigue pendiente y que el superávit fiscal podría revertirse en la segunda mitad del año. Esa advertencia bastó para acelerar una ola de ventas en bonos, con economistas de mercado repitiendo la frase de coyuntura: “Si creés en el plan económico, comprá. Si no la ves, vendé y dale un empujoncito a un plan económico que tambalea”.
El resultado: mientras se recorta cultura, ciencia, salud y educación, el dinero público y el ahorro privado se fugan por los canales especulativos de siempre, facilitados por una arquitectura económica diseñada para eso. La motosierra avanza sobre el gasto social, pero el festival de rentabilidad rápida sigue en las mesas de dinero.
La pregunta no es solo cuánto más puede resistir el teatro independiente. Es, hasta cuándo la Argentina financiará, con ajuste social y desarme cultural, su propio saqueo financiero.